El conocer los roles que existen en un equipo puede suponer el éxito o el fracaso de nuestro negocio.
Fue Meredith Belbin quién tras años de estudios con directivos de todo el mundo llegó a determinar unos patrones de comportamiento a los que llamó roles de equipo.
Estos roles son los siguientes;
1. Cerebro
2. Monitor evaluador
3. Coordinador
4. Impulsor
5. Cohesionador
6. Investigador de recursos
7. Implementador
8. Finalizador
9. Especialista
Esto no significa que una persona solo pueda tener un rol. De hecho los tenemos todos, pero siempre se nos dará unos mejor que otros. Es por eso que una buena autoevaluación de nuestras habilidades nos servirá de gran ayuda a la hora de emprender.
Si vamos a montar un pequeño negocio, bien nosotros solos, o bien con algún otro socio, es importante saber cuales son los puntos fuertes y débiles del equipo.
Por ejemplo;
Si tu rol más destacado es el de cerebro, y te asocias con dos más similares a tí, lo más probable es que ese equipo no funcione. Todos tendrán muchas ideas y todos tratarán de innovarlas, mejorarlas, y sin embargo costará llevarlas a cabo. Además, si los tres flojeasen en el rol de investigador de recuros, les sería muy difícil la captación de clientes ... y sin clientes, no hay negocio.
Por tanto, cuando nos asociemos, busquemos en otros lo que nos falta a nosotros, dicho de otra manera, que nos complemente.
Si en condiciones normales el emprender ya supone un riesgo, en tiempos de crisis es aún más complicado. Así que el diagnosticarse a uno mismo y a su equipo, es uno de los pasos fundamentales para iniciar cualquier emprendimiento.
Fue Meredith Belbin quién tras años de estudios con directivos de todo el mundo llegó a determinar unos patrones de comportamiento a los que llamó roles de equipo.
Estos roles son los siguientes;
1. Cerebro
2. Monitor evaluador
3. Coordinador
4. Impulsor
5. Cohesionador
6. Investigador de recursos
7. Implementador
8. Finalizador
9. Especialista
Esto no significa que una persona solo pueda tener un rol. De hecho los tenemos todos, pero siempre se nos dará unos mejor que otros. Es por eso que una buena autoevaluación de nuestras habilidades nos servirá de gran ayuda a la hora de emprender.
Si vamos a montar un pequeño negocio, bien nosotros solos, o bien con algún otro socio, es importante saber cuales son los puntos fuertes y débiles del equipo.
Por ejemplo;
Si tu rol más destacado es el de cerebro, y te asocias con dos más similares a tí, lo más probable es que ese equipo no funcione. Todos tendrán muchas ideas y todos tratarán de innovarlas, mejorarlas, y sin embargo costará llevarlas a cabo. Además, si los tres flojeasen en el rol de investigador de recuros, les sería muy difícil la captación de clientes ... y sin clientes, no hay negocio.
Por tanto, cuando nos asociemos, busquemos en otros lo que nos falta a nosotros, dicho de otra manera, que nos complemente.
Si en condiciones normales el emprender ya supone un riesgo, en tiempos de crisis es aún más complicado. Así que el diagnosticarse a uno mismo y a su equipo, es uno de los pasos fundamentales para iniciar cualquier emprendimiento.
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